En noviembre de 2006, dos inspectores de la Policía Metropolitana de Londres son llamados para tomar declaración a un paciente en un hospital. Se trata de Alexander Litvinenko, un exespía ruso que afirma haber sido envenenado y que señala directamente como culpable al presidente Vladimir Putin.
Cuando se confirma que ha ingerido polonio-210, la sustancia más mortal conocida, la gravedad de la situación se hace evidente. Frente a un ataque químico sin precedentes en el corazón de Londres, la policía se apresura a sellar sitios potencialmente contaminados, mientras que los detectives se sumergen en una investigación de asesinato de alto riesgo, rastreando a sus esquivos sospechosos desde Londres hasta Moscú.
En un mundo sombrío de juegos de poder político y frágiles relaciones internacionales, y junto a la valiente y digna lucha de su viuda Marina por la verdad, ¿podrán los detectives encontrar justicia para la devastada familia de Litvinenko?